Capítulo 90. La renuncia del hijo.
Capítulo 90. La renuncia del hijo
Pov Alaric:
Entré al salón como si fuera un extraño en mi propia casa. Las voces se apagaron apenas crucé el umbral. Todos los consejeros giraron la cabeza hacia mí, algunos con sorpresa, otros con fastidio. Nadie esperaba que regresara tan pronto.
Mi padre levantó la mirada desde la cabecera de la mesa. No parecía enfermo, ni cansado, ni cercano a la muerte como había querido hacerme creer en mi visita al hospital. No, allí estaba el mismo de siempre: imponente, con los hombros rectos y el gesto de superioridad pintado en el rostro.
A su lado, la mujer de cabello oscuro permanecía con las manos apoyadas sobre el vientre redondeado. Evitaba mirarme directamente, como si supiera que no tenía nada que ver en la guerra que estaba a punto de estallar.
—Alaric —dijo mi padre, con voz profunda—. Qué oportuno que regreses. Casi vuelves antes que yo. Pero ya que estas aquí vamos a brindar por el futuro de la manada.
El futuro. Claro. Ese era el mensaje