Capítulo 36. Lo que quedó atrás.

Narrador omnisciente:

El aroma a humo todavía impregnaba el aire de la cafetería, aunque habían pasado varias horas desde el incendio frustrado. Las maderas ennegrecidas enmarcaban la puerta como cicatrices recientes, y algunas mesas habían quedado chamuscadas por las antorchas que la turba arrojó antes de ser dispersada. No sabía lo que habían decidido pero al menos nadie había venido con amenazas ni insultos a buscarla a su casa.

Por ese motivo Aylin decidió que lo mejor era abrir el local, aunque fuera solo para los más cercanos, con la esperanza de devolverle un poco de normalidad a su vida.

Aylin estaba detrás del mostrador, con las mangas arremangadas, limpiando con un trapo las huellas oscuras que el hollín había dejado en la barra. El cansancio se le notaba en los ojos: no había dormido desde lo de la noche anterior, y todavía tenía el recuerdo punzante de la luz brotando de sus manos, envolviéndolo todo como un relámpago blanco que nadie p