Capítulo 31. Lo que arde bajo la piel.

Me desperté empapada en sudor. No había sufrido una simple pesadilla esta no era como las otras. Esta vez había sido distinta.

Clara estaba allí. No eran simples recuerdos, era mas bien como una visión pero una demasiado real.

me encontraba en el mismo claro del bosque donde había hecho mi despedida simbólica para ella. ella llevaba el mismo vestido que siempre usaba cuando trabajaba en la cafetería, con s delantal blanco que tenía manchas de café imposibles de quitar. sonreía pero no era la sonrisa tranquila de siempre había algo más duro en su expresión cómo se cargara con una losa a su espalda.

—Aylin, escuchame bien porque no puedo quedarme mucho tiempo.

Quise correr hacia ella, abrazarla, pedirle que no me dejara, pero mis piernas no se movían. Era como si estuviera pegada al suelo.

— Ya sabes que dentro de ti conviven dos fuerzas. La luz y la oscuridad. No pienses que una es buena y la otra mala. Ambas son parte de ti, y si las ignor