Capítulo 30. Lo que los ojos no dicen.
Capítulo 30. Lo que los ojos no dicen
Narrador omnisciente:
El pueblo amaneció con un movimiento inusual. Era día de mercado y la plaza central se llenaba con puestos de verduras, ropa usada, miel, pan recién horneado y algunos objetos traídos de otras ciudades cercanas. Aylin salió temprano de la cafetería. Había trabajado en el turno de la mañana y Clara ya no estaba para recordarle que se tomara un descanso, así que ahora era ella quien intentaba organizar sus horarios y darse un poco de tiempo libre. Llevaba una cesta con pan envuelto en tela y algunas monedas en el bolsillo para comprar frutas.
Caminaba con paso tranquilo entre la multitud. Saludaba a los vecinos que ya la conocían como la nueva dueña del Café Clara. Algunos la miraban con respeto, otros aún con desconfianza después de lo ocurrido con el niño del incendio, pero nadie decía nada en voz alta. Aylin había aprendido a convivir con esas miradas. Era mejor seguir adelante que esconderse de nuevo.
Alaric había llega