Capítulo 20. Ecos de guerra
Capítulo 20. Ecos de guerra
narrador omnisciente:
El sol estaba bajando cuando Alaric decidió que no podía seguir avanzando. Había caminado durante horas, y aunque la idea de detenerse le desagradaba, sabía que seguir de noche sin descanso lo volvería más lento al día siguiente. Eligió un claro en el bosque y encendió un pequeño fuego. El calor de las llamas apenas servía para romper el frío que comenzaba a instalarse con la noche. Se sentó, apoyó los codos en las rodillas y, en silencio, se repitió que estaba haciendo lo correcto.
No le importaba si todos en la manada lo veían como un traidor. No le importaba si su padre lo llamaba egoísta. Todo lo que tenía en mente era encontrar a Aylin, y hasta ese momento no había pensado en rendirse.
Alzó la vista hacia la luna. Estaba casi llena, blanca contra el cielo oscuro. Esa imagen le trajo un recuerdo que no había podido borrar: Aylin, sentada junto a él en el claro, recostando la cabeza en su pecho con timidez, como si buscara un lu