Capítulo 146. El despertar del velo.

No sé exactamente cuándo empezó a hablar. Una noche cualquiera, mientras los gemelos dormían en sus camas, Elara estaba en su sillita, jugando con una muñeca que le habíamos comprado. La observaba mientras la luz de la lámpara iluminaba su rostro, sus ojos brillando con algo que no lograba identificar. De pronto, sus labios se movieron y emitió palabras que no reconocí. Palabras largas, extrañas, con un ritmo extraño que no pertenecía a ningún idioma que hubiera escuchado. Me quedé paralizada, como si el aire se hubiera detenido.

—¿Qué dijiste, cielo? —pregunté con cuidado, sin moverme demasiado para no asustarla.

Ella me miró, y sentí que sus ojos me atravesaban. Sus manos hicieron gestos que parecían acompañar sus palabras, como si intentara explicarse a sí misma. No era solo que hablara: era que esas palabras tenían sentido, aunque yo no podía entenderlo.

Alaric entró justo en ese momento. —Aylin…

—Está hablando en… no sé en qué —le respo