Axel se puso el pantalón a medias, antes de entrar en el baño de la torre y buscar con qué limpiar lo mejor posible a Sasha, para su suerte, ahí había una ducha y eso le ayudaría a eliminar el olor a sexo que ambos desprendían.
— Ven, tenemos que ducharte —dijo antes de tomarla en sus brazos—. Veo que estás más radiante ahora que antes.
— Mucho mejor —el ángel le sonrió débilmente—. Gracias.
— Ahora suenas como si estuvieras borracha —mencionó el alfa con los ojos entrecerrados—. Te dejaré que te duches, tengo que hacer algo.
— No puedo caminar…
— Busc