CAPÍTULO 27. Decepción y desafío
CAPÍTULO 27. Decepción y desafío
Raven caminó alejándose del bullicio de la pista de baile, y la copa de champaña en su mano temblaba un poco con cada paso. La noche estaba fresca y la brisa le revolvía suavemente algunos mechones rebeldes del peinado perfecto que apenas lograba sostener el velo. Su vestido blanco parecía brillar bajo la luz tenue de las farolas del jardín, pero ella no podía disfrutar el momento.
La presión, la rabia y una punzada de decepción le apretaban el pecho, haciéndole difícil respirar con calma. Se detuvo junto a Jessica, que estaba recargada, despreocupada, contra una mesa adornada con flores, y se dejó caer en una silla a su lado acaparando la botella de champaña que estaba en la mesa.
—Al final, todos los malditos hombres son iguales —dijo con un suspiro pesado, y sus ojos brillaron con un toque de tristeza y amargura—. Si creía que un paralítico no tendría cómo engañarme… bueno… evidentemente me equivoqué.
Jessica levantó una ceja divertida, como si no