—¿Dime dónde está? ¿Dónde está María? —dijo Ino, feliz.

Karma, muy molesto, salió de ahí y abrió un portal. No le quedaba más opción que hacer rápidamente la prueba de ADN.

—Ok, te voy a llevar donde está ella —dijo Aida, sonriendo.

Ino estaba emocionada. Al fin… ya tenía una hermana.

Aida abrió un portal y ambas entraron.

Ino miró a su alrededor. Estaban en un cuarto extraño.

—Qué raro… ella estaba aquí —dijo Aida, confundida—. Un momento… se fue de aquí.

—Espera, Aida. ¿Cómo sabías que ella estaba aquí?

—Es otra de mis habilidades —respondió Aida, sonriendo—. Puedo saber la ubicación de todas las personas a las que les he disparado una flecha.

—¡Enséñame esa habilidad! —dijo Ino, emocionada.

—Claro que sí. Pero primero hay que encontrar a María.

Aida abrió otro portal. Las dos entraron.

Ino se quedó confundida. Habían aparecido en un baño.

—¿Qué hacemos aquí?

Aida abrió la puerta.

—Estamos en el baño de un hospital.

—¿Por qué visitarías un hospital si los representantes no se enferma