Cap. 58 La verdad.
—Como tú ya me habías abandonado y te habías casado con Teresa… a pesar de habernos prometido amor y jurarnos casarnos más adelante…
Mario, al escuchar eso, empezó a recordar poco a poco los recuerdos manipulados por Karma. Su cuerpo intentó taparse los oídos con las manos como mecanismo de defensa, pero Aida lo detuvo, sea lo que sea el debía escucharlo.
Karma quiso detener a Aida, pero decidió no hacerlo. Sabía que, ahora que había encontrado a Cecilia, tal vez Mario podría superar esos traumas.
Mario, molesto, empezó a sentir mucho dolor en la cabeza. El regreso de esos recuerdos le provocaba un dolor intenso. Con lágrimas en los ojos, murmuró:
—Yo nunca quise casarme con esa maldita… todo fue culpa…
—Lo sé, lo sé —dijo Cecilia, llorando—. Cuando me enteré por las noticias… de cómo te obligaron a casarte con esa mujer, de cómo esa niña no era tuya… y de cómo te hizo comer a tu querida mascota…
—¡Cállate! —gritó Mario, intentando taparse los oídos.
Había recuperado completamente sus