REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 80. El peso de las decisiones
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 80. El peso de las decisiones
El puerto está envuelto en una penumbra inquietante, con las luces parpadeantes de los faros reflejándose en el agua negra como el petróleo. No hay ruidos humanos, solo el susurro del viento que se enreda entre las estructuras metálicas y el crujido ocasional de las embarcaciones amarradas.
Vanessa tiembla en el suelo, su respiración se oye entrecortada y su piel está pálida pero no es por el miedo, al menos no todavía.
Me mira con rabia y sé que tiene mucho que decir, así que es mejor que lo diga pronto, porque yo también tengo unas cuantas cosas atoradas en la garganta.
—¡Estás desquiciada! —escupe mientras frota sus rodillas lastimadas y yo dejo escapar una risa baja y llena de sarcasmo.
—Y aún así soy la única que parece cuerda de todos los que compartimos sangre —espeto—. Yo estoy reaccionando, pero los causantes siguen siendo ustedes.
—¡Mi hermano se va a morir por tu culpa! —grita y me agacho a su lado.
—Tu hermano se va a