REINA DEL MAR. CAPÍTULO 45. Una espinita en el costado.Debe ser la sorpresa o las hormonas, pero definitivamente algo no me deja reaccionar de la mejor manera.—¡No voy a abandonar mi empresa, Ren! —le digo con firmeza y él me encara.—No te estoy pidiendo eso. Solo que no te lances contra los Hall como si nada. Que no te pongas en la línea de fuego. ¡Por una vez! ¡Por nosotros!Lo odio por ser tan razonable, por tener esa voz que suena tan calmada cuando todo se está incendiando alrededorAprieto los puños y me quedo callada unos segundos, pero finalmente cedo, porque el remanente del pitido de la explosión en mis oídos me recuerda al corazón de mi bebé y tampoco quiero ponerlo en peligro. ¡Diablos, estoy embarazada! ¡Todavía me parece demasiado irreal!—Está bien —murmuro—. No haré nada… todavía.—Gracias. Deja que yo me encargue de los Hall, por favor. Te aseguro que no volverán a molestarte a partir de ahora —declara con voz firme y no tengo más remedio que confiar en él. Así son
REINA DEL MAR. CAPITULO 46. Una cita en públicoEl abuelo Kaizen arquea una ceja, curioso y se pone los lentes para ver la foto de la ecografía.—Feliz cumpleaños, abuelo —susurro.Él toma la imagen entre sus dedos y su expresión cambia en un segundo. Pasa del desconcierto al asombro, y luego a una emoción que se desborda como un río crecido.—¿Es...? ¡¿Esto es en serio?! —exclama y Ren y yo asentimos, riéndonos.—Un Toshiro en camino —dice Ren con una sonrisa gigante.—Tu primer bisnieto —confirmo yo y el abuelo se levanta palmeando y haciendo escándalo porque sabemos que no hay cumpleaños mejor que este para él.Finalmente camina hacia mí y me abraza fuerte, como si quisiera protegerme del mundo entero.—Gracias, Ruby. Este... este es el mejor regalo que un hombre como yo puede recibir. ¡Por fin el siguiente heredero de los Toshiro!Sus palabras me calientan el pecho y me hacen arder los ojos. Respiro profundo para no llorar, porque el sentimentalismo no es lo mío pero las hormonas
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 47. El dolor más profundoLa amenaza queda flotando en el aire como una nube negra, y veo que Brad se cruza de brazos, disfrutando cada segundo.Hacía mucho tiempo que no lo veía, creí que estaba perdido en esa multitud que se dedica a lamerle el trasero a los Hall, pero al parecer el niño tiene voz propia… o algo así.—Entonces supongo que no investigaste bien —murmuro mirando a Kaori—. ¿No te dijo que tiene la mandíbula torcida y habla ceceando porque se la rompí con un bat3 hace doce años?Kaori se acerca con una inclinación burlona.—Doce años son muchos para guardar rencor, maldit@ zorra y eso es todo lo que importa —declara mientras se levanta de la silla.—Entonces déjame entenderlo: ¿trajiste a Brad aquí para que haga el trabajo sucio por ti, pero no te vas a quedar a verlo?—¿Yo? ¿Para qué me quedaría? —pregunta encogiéndose de hombros con un gesto de indiferencia—. No te quedas viendo cada mosca que matas. Sería una pérdida de tiempo —asegura dándose
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 48. RespuestasNo digo una sola palabra.No cuando el abuelo llega con flores y dulces que no quiero.No cuando Ren me acaricia la mano como si fuera a romperme si aprieta muy fuerte.No cuando Regina y Vero se sientan a mi lado a llorar en silencio.Nada.Me hundo en el colchón del hospital como si pudiera desaparecer. Como si pudiera retroceder el tiempo.Pero el dolor sigue ahí, aplastándome el pecho, cortándome la respiración cada vez que parpadeo y me doy cuenta de que todo pasó de verdad.El mundo entero sigue girando y yo estoy atrapada, como una marioneta rota.Ren a veces cree que estoy durmiendo, así que no mide su rabia ni la altura de su voz mientras les grita a sus hombres.—¡¿Cómo que nada?! ¡Tiene que haber algo! ¿Me estás diciendo que todas las maldit@s grabaciones de seguridad de toda una manzana se perdieron a la misma vez?Se oye furioso y frustrado, debe estar desesperado por cortar algo más que dedos. También puedo ver eso en el rostro del
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 49. Una negociación Camino directo hacia él, y mis hombres cierran filas detrás de mí.—¿Sabes? —digo, sacando una pequeña pieza de metal chamuscado de mi bolsillo, que Isaías me entregó en el muelle—. Estos cacharros son muy interesantes. El del puerto... y el del restaurante. El mismo diseño, el mismo autor… el mismo cabrón tratando de matarme.Se le escapa una mueca nerviosa, apenas perceptible, y niega.—¡Ya te dije que yo no tuve nada que ver con la explosión en el puerto! —se defiende.—Y yo jamás dije que me lo creyera —replico—. Brad fue quien detonó el dispositivo, pero ese infeliz de mierd@ besa el suelo por donde pisas así que solo tengo una explicación para esto: —sentencio caminando de un lado a otro con aparente calma—. Todo lo que pasó, fue obra tuya.—¡Te dije!—¡Pero luego pienso que no puedes ser tan estúpido! ¡¿Mandarme a matar?! ¡¿Aliarte con la japonesa para terminar el trabajo?!Tucker se ríe, con esa risa seca y falsa que siempre he odia
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 50 Todo para míHay una fuerza especial en la traición. El corazón empieza a endurecerse despacio, como si lo hubieras bañado en cemento. Y si tienes suerte no llegará nadie a tratar de romper era coraza.Yo no tuve esa suerte. Ren llegó, y estuvo martilleando aquí y allá hasta que logró derribar era coraza, al parecer solo para ser él quien volviera a lastimarlo.Así que hago un descubrimiento hermoso: hay una fuerza poderosa en la segunda traición. Te hace entender que la coraza es necesaria, que el mundo era exactamente como lo veías, y que esta vez solo necesitas muros más fuertes… y arcos más largos para defender la ciudadela.—Sáquenlo de aquí —digo, sin mirarlo y la orden se entiende porque dos de mis hombres más fuertes sujetan a Ren en un segu
REINA DEL MAR. CAPITULO 51. La traiciónLlego al punto de encuentro en el otro extremo de la ciudad. Isaías me espera junto a su camioneta, con varios de mis hombres detrás de él. Son un muro de rostros serios, preparados para la guerra, y no puedo negar que después de tanto tiempo, eso me sigue tranquilizando.La guerra es mi estado natural, y ya comprobé lo que puede pasar cuando abandonas tu estado natural.—Aquí lo tienes —dice Isaías, señalando al suelo mientras me bajo de la camioneta y mis ojos van a la figura no muy sangrante que está de bruces en el piso.Y la categoría de “no muy sangrante” es porque solo he permitido que le rompan la cara, pero nada más. Para lo que quiero hacer con él, lo necesito sano.Brad está atado de pies y manos, sucio, con la cara hinchada de tantos golpes. Apenas puede levantar la cabeza para
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 52. Una vida larga y próspera—¡Abuelo, por favor! —grita Kaori mientras intenta retroceder desesperadamente—. ¡Yo hice todo esto por usted! ¡Por protegerlo! ¡Por proteger nuestra familia! —Alcanza la mano del abuelo y la lleva a su frente—. ¡Yo haría lo que fuera por proteger a nuestra familia y una mujer como ella solo iba a destruirla!El abuelo baja la vista por fin y lo veo en sus ojos: la decisión ya está tomada. Con una lentitud devastadora, retira su mano del alcance de Kaori. Y Ren se aparta, como si no pudiera soportar estar más cerca de ella o de lo contrario será él quien tome venganza por su mano aquí mismo.—No hay protección sin honor. Y tú lo perdiste todo al asesinar a un miembro de nuestra familia —sentencia y Kaori lo mira con un poco de incredulidad y otro p