REINA DE HIELO. CAPÍTULO 88. Un informante oficial

Me sujeta, no sé cómo si ni él debe tener fuerzas para esto, pero me sujeta. Retiene mi cabello para que no se ensucie, me echa agua en la cara y me apoya en el lavabo mientras espero a que esta debilidad pase. Las náuseas se apoderan de mí de una forma que no había esperado, probablemente por todo el estrés que he tenido en estos días. Pero apenas empiezan a pasar y me fijo en él, noto que la camisa de Viktor está manchada de un tono oscuro que no tiene nada que ver con la salsa de la comida.

Trata de mantenerse erguido, pero lo veo tambalearse un poco. Le agarro el brazo justo cuando sus rodillas amenazan con rendirse, y no sé cómo pero terminamos los dos en el suelo del cajón de la ducha. Sentados uno junto al otro porque bueno, del suelo para abajo ya no hay para dónde más caerse.

—¡Estás sangrando! —exclamo preocupada y él niega.

—Estoy bien.

—No, no estás bien… ¡Maldición te traje para que te recuperaras! —siseo con impotencia—.