REINA DE HIELO. CAPITULO 69. Preguntas sin respuestas
REINA DE HIELO. CAPITULO 69. Preguntas sin respuestas
Desde que salgo del juzgado no miro atrás. No hay por qué. Las palabras del juez aún me retumban en la cabeza: la patente del motor es mía, el prototipo me pertenece, y lo que venga ahora es mi responsabilidad.
Ni siquiera puedo explicar la felicidad que siento por eso. Así que a pesar de todo lo malo que ha pasado, decido quedarme con lo bueno, quedarme con el hombre que por pocos años conocí como mi padre y al que quise. Elijo tomar este motor como su legado, y pasárselo a mi bebé.
Paso los días encerrada en el laboratorio, metida hasta el cuello en fórmulas, cables, piezas diminutas que solo yo podría ensamblar sin estallar de frustración. Me hundo en mi proyecto como si fuera un refugio, como si reconstruir este nuevo motor también significara reconstruirme a mí.
Todo el mundo pasa por aquí al menos una vez al día, pero la visita que más espero es la de la tía Regina, que no solo me trae comida, sino que casi siempre trae notic