CAPÍTULO 65. Una reunión de negocios
CAPÍTULO 65. Una reunión de negocios
La garganta se me cierra, pero solo es la impotencia. Reconozco el sentimiento mientras Devon aprovecha para continuar el pequeño espectáculo que inició su madre. Su voz no es solo sarcástica, sino condescendiente, lo suficiente como para que me den ganas de abofetearlo en público.
—No le conviene que lo vean en semejante compañía, señor Massari —dice, como si yo no estuviera delante de él—. Es evidente que solo está con usted por su dinero… o para darme celos.
Siento el brazo de Viggo tensarse más a mi alrededor, pero cada uno de mis músculos está extrañamente relajado.
—Mejor debería acompañarme —insiste Devon con un aire de superioridad—. Tenemos una cita en el salón de reuniones que reservé. Quiero presentarle el futuro de la inversión en la Bolsa de Valores, y todo futuro implica deshacerse de los lastres ¿verdad?
“Lastre”.
Qué palabra tan amable para la mujer que le dedicó años de su vida. Y cuando Viggo se le queda mirando, no puedo descifrar