Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer llegó sin que Danna hubiera dormido.
La decisión pesaba como una piedra en su pecho. Bajó las escaleras a las siete de la mañana con el sabor amargo del insomnio todavía pegado a su lengua. Los tres la esperaban en la cocina como si fuera un tribunal a punto de dictar sentencia.
Liam estaba junto a la ventana con los brazos cruzados sobre el pecho. Su rostro era una máscara impasible, pero la tensión en su mandíbula lo delataba.
Stephano permanecía sentado en la mesa con una taza de café intacta entre las manos. Sus dedos tamborilea







