Estoy nerviosa y ni siquiera el agua tibia que resbala por mi cuerpo es capaz de calmarme, mis músculos siguen atenazados desde que salí del apartamento de Sam como si fuera una ladrona, y ciertamente, lo soy.
La carpeta con información de Garret es la prueba del delito.
Hasta el momento no he tenido las agallas de hojear su contenido a pesar de las exigentes peticiones de Stacey de que debía mirar lo que hubiera y devolverla lo más antes posible. Cuando llegué a su encuentro, con el sudor corriendo por la frente y los dedos tan apretados alrededor de los laterales que incluso me dolían, me di cuenta de que estaba asustada.
Estaba hecha un manojo de nervios y en cuanto Stacey me miró a los ojos, escrutadores e intimidantes, sólo pude decir: «Lo tengo».
» ¿El qué? Me estás asustando.
» Garret. Sam también lo ha estado investigando...&ra