Mi mirada lo sigue, sin atreverme a decir una boca es mía por miedo a estar equivocada, pero lo reconocería en cualquier sitio, con sus andares despreocupados, su modo de vestir sencillo a pesar de que esta una prestigiosa firma de abogados, su cabello oscuro con tonos bronce que siempre parece desordenado y su sonrisa deslumbrante, haciéndolo parecer feliz y despreocupado.
Va en compañía de una mujer rubia y muy bonita vestida con elegancia, con una camisa blanca de manga larga y una falda de tubo negra hasta las rodillas y el pelo recogido en una trenza.
Parece muy profesional.
Ambos van concentrados en unos papales, parecen estar teniendo una pequeña disputa por sus expresiones de exasperación, pero los dos son cometidos y lo hacen con mesura.
Me yergo cuando se acerca sin prestarme atención, pero en cuanto desvía la mirada de su compañera, va directamente a mí. Sus ojos del m