Capítulo 28. John es su pareja destinada
Lucía se alejó un poco, mirándolo a los ojos con esperanza.
―¿Cómo? Damon, no tengo ni idea de cómo hacerlo, ni de cómo puedo lograr eso y menos, se de una manera para detenerlos. Y si no lo logramos…
―No podemos fallar, yo te protegeré y te ayudaré, debes prometerme que nunca le harás daño a nadie inofensivo.
―Eso jamás lo haría ―se apresuró a responder Lucía ―. Nunca le haría daño a nadie Damon… por lo menos no de manera consciente.
―Entonces debes confiar en mí y en nuestro instinto ―le dijo él, tomando su mano para calmarla.
Asintiendo en silencio, Lucía cerró los ojos. Se sentía exhausta y perdida. Comenzó a llorar y de ese llanto surgió una fuerte sensación de dolor y su pecho comenzó a oprimirse.
Lucía se aferró a la mano de Damon, no estaba segura de cómo lo iba a hacer, pero una fuerte sensación, un poco de pánico, pero un poco de desesperación comenzó a llenarla. Cerró los ojos, y tomando profundas bocanadas de aire, dejó salir todo su dolor y su miedo.
―¡Vamos Lucía, debes