C90- SANGRE CORONADA, CORAZONES ENVENENADOS.
C90- SANGRE CORONADA, CORAZONES ENVENENADOS.
La Luna aún colgaba sobre ellos, alta, pálida, como si fuera testigo de una profecía impura. El círculo no se había roto y el silencio reinaba entre los lobos.
El anciano Thalon se adelantó, su bastón golpeando el suelo como un trueno.
—La sangre ha hablado. Pero el linaje no es el único que hace a un Alfa. El corazón, el deber, la lealtad… también pesan en la balanza. Por eso... llamaremos a una votación de legitimidad.
Serena apretó los dedos bajo su túnica. Cada palabra la hacía hervir por dentro.
«¡Maldición! ¡Maldit4 sea esta tradición podrida!»
Pero fingió asentir con respeto.
Los miembros del Consejo, uno a uno, dieron un paso al frente. Sus ojos cargaban siglos, heridas, guerras.
—Darius ha abandonado la manada. —dijo una loba con voz firme—. No solo en cuerpo, también en deber.
—Su ausencia costó vidas. —gruñó otro más joven—. No estaba cuando más lo necesitábamos.
—Y ahora sabemos por qué. —añadió otro, mirando a Serena—. Prefirió