Mundo ficciónIniciar sesiónDije que sí al matrimonio con Damián en estadio de medio millón de personas, y lo primero que sentí fue el vínculo de compañeros destinados reactivarse como electricidad atravesando huesos.
La ceremonia se improvisó en minutos. El estadio deportivo se transformó en altar mientras medio millón de testigos presenciales y seis mil millones de espectadores virtuales observaban algo que nunca debió ocurrir: una boda entre la embajadora galáctica y el hombre que había intentado destruir la humanidad durante cinco décadas.
Yuki apareció corriendo desde las gradas, jadeando y sosteniendo una tableta digital.
—Estoy legalmente autorizada para oficiar matrimonios —anunció sin ceremonia—. Licencia obtenida hace tres minutos por internet.
No hubo música. No hubo flores. Solo quinientas mil personas conteniendo la respiración mientra







