Mundo ficciónIniciar sesiónLa primera noche intenté dormir entre los escombros del castillo caído, con mi cuerpo enroscado contra una pared que milagrosamente había permanecido en pie durante el colapso masivo, y me di cuenta con un escalofrío incómodo que se arrastraba por mi columna vertebral que los tres fantasmas estaban exactamente ahí, de pie en semicírculo alrededor de mi pequeño espacio improvisado de descanso, observándome con esos ojos translúcidos que brillaban suavemente con luz plateada en la oscuridad creciente de la noche que descendía sobre las ruinas como un manto pesado y sofocante.
—¿Van a mirarme dormir durante toda la noche completa? —pregunté finalmente después de soportar sus miradas constantes durante lo que se sintió como una eter







