55. Pasión en los aires
No era la primera vez que Fabio viajaba en un avión privado, pero le llamó la atención la familiaridad con la que los empleados trataban a Casandra. Mientras ella se dirigía a cada uno por su nombre y les preguntaba hasta los más ínfimos detalles de su vida. Los conocía a todos.
Planeó salidas con los hombres de seguridad, como si de amigos de toda la vida se tratasen, y ambos perdieron la imagen de impenetrabilidad que mostraron frente a Pablo Herrera en tierra. Sobre todo el que se llamaba Hunter.
Como eran igual de jóvenes que ellos, Fabio se obligó a relajarse a su lado, sabiendo que no sería tan incómodo como lo había imaginado. Y gracias a su nueva actitud, ellos le contaron varias anécdotas de los escapes nocturnos de su novia, dentro y fuera del país. Todo eso aunado al sinfín de problemas que ocasionaba en los bares por golpear a algún hombre que se propasaba, no con ella, sino con cualquier chica presente.
De un momento a otro y mientras tomaban altura, ya tenían organizado