Grace, aliviada por el potencial de un nuevo romance para Keith, había dejado de lado el drama y retomó su misión con renovado fervor. Desplazó los catálogos de vestidos y colocó pilas de muestras de papel, tipos de letra y grabados en relieve sobre la mesa de centro. El plan de emparejamiento avanzaba, y ella estaba encantada de tener a Caroline como una aliada que compartía, al menos en este momento, sus intereses. Su energía era casi febril, una distracción bienvenida de la incómoda tensión que los hermanos habían dejado tras de sí.
—Muy bien, chicas —dijo Grace, señalando una tarjeta con un monograma plateado, la plata fría contrastando con el marfil cálido del papel—. Las invitaciones deben ser perfectas. Piensen en esto como la primera impresión de la boda. Elara, ¿te gusta más la cursiva tradicional o la sans serif moderna para la dirección? La cursiva tiene historia, pero la sans serif es más... limpia, ¿no crees?
Elara se obligó a concentrarse en los detalles, buscando la ane