Las siguientes noches, ya no escuché gritar a Giovani y aunque no podía verlo estaba más tranquila hasta que Fabricio empezó a dormir en la cama, cuanto más me alejaba yo de él, más se acercaba a mi cuerpo. Ya estaba varias semanas en la isla, un día que baje a desayunar a la cocina, Gina me preparo una taza de café, me lo lleve al jardin viendo a Giovani sentado en una de las sillas, vigilado por dos sicarios. que no me dejaron tocarlo
– Me alegro de verte cariño, ¿como estas? – le pregunté
– Bien amor mio, pero tengo que decirte una cosa y no sé por dónde empezar – me dijo
– Me odias, ¿no es eso? te comprendo, pero tú mismo lo vistes como me violo Fabricio, Giovanni ¿que pasa? – le dije
– Nada dejalo, estoy confundido – respondió
– No es posible que quieras dejarme ahora ¿es eso? — pregunté preocupada
Cuando Giovani me iba a decir algo, apareció Fabricio, me cogió del pelo echando mi cabeza hacia atras, pegando sus labios a los míos, dándome un beso lujurioso.
– ¿Qué tal con l