Cierro mi puerta con fuerza tras de mí.
- Estúpida, estúpida, estúpida.
Me digo a mí misma delante del espejo.
-¡Estúpida!¡Estúpida!¡Estúpida! golpeo mis mejillas con mis manos.
Por un instante,por un mísero instante lo pierdo todo. Por cuestiones de segundos hubiera caído en su juego. En sus sucios y rastreros juegos. Los recuerdos del momento vuelven a mi mente. La sensación de sus manos en todo mi cuerpo se siente dentro de mi piel. Toco mis labios recordando el sabor de sus besos. Respiro con dificultad.
-¿Abi?
Me volteo. Melissa me mira con preocupación. Mira mis mejillas rojas, mis labios hinchados y mi cabello desordenado.
-¿Qué pasó?
No digo una palabra. No puedo, el nudo en mi garganta crece cada vez más, las lágrimas comienzan a acumularse en mi lagrimal. Estiro mis brazos como una invitación. Ella corre hacia mí y me abraza.
-Ya no puedo más Melissa. Ya no, ya no puedo más. Te juro yo no quiero Melissa, no quiero volve