Mundo ficciónIniciar sesiónEl taller de Valeria se había convertido en su refugio durante las últimas semanas. Entre pinceles y lienzos, encontraba la paz que le faltaba en otros aspectos de su vida. La luz de la tarde se filtraba por los ventanales, bañando de dorado las manchas de pintura que salpicaban el suelo. Valeria, con el cabello recogido en un moño despeinado y una camiseta manchada de acrílico, daba los últimos toques a su nueva obra.
No escuchó la puerta abrirse. No hasta que la voz de Alejandro rompió su concentración.
—Siempre me ha fascinado verte trabajar —dijo él, apoyándose contra el marco de la puerta—. Es como si el mundo dejara de existir para ti.
Valeria se sobresaltó, dejando caer el pincel sobre la paleta.
—Joder, Alejandro. Un día me vas a matar de un susto —respondió, llevándose una mano al pecho—. ¿Qué







