Durante más de una hora, la mujer a mi lado le dice tantas cosas a su hijo que considero que ahora si me odia, porque con tanto tiempo recordando que debe demostrar amor a alguien que no ama, dudo que sea posible que al menos me quiera.
Sin embargo, por sorprendente que parezca, mi habitación es llenada de ramos de flores tan grandes que no hay manera de que alguien pueda caminar aquí y eso parece complacer a la mujer que cuelga la llamada sin despedirse de su hijo.— ¡Esto sí que es ser romántico!— Y exagerado. — susurro.— ¿Dijiste algo, cariño?— No, señora Hawking. Todo es hermoso, sin duda, la habitación se ve y huele muy bien. — susurro.‘Estás internada por agotamiento y estrés, ¿Cómo piensas lidiar con eso cuando evidentemente estas personas parecen aferrarse a ti de una forma agradable pero desgastante?&rsq