Mi corazón se detiene más de lo que debería y mi respiración se entrecorta ante el miedo que estoy experimentando.
‘¿Cómo pudiste ser tan tonta, Irina? Sabes que no está bien perturbar el sueño de alguien y has hecho eso con un animal que es más grande que tú causando que se despierte debido a tu prudencia.’ Me regaña mi mente, pero esa parte racional mía no apareció en el momento apropiado. El lobo comienza a gruñir mientras su mirada roja me observa fijamente, ni siquiera me atrevo a gritar por el miedo de que eso moleste más al animal que con solo tener una pata sobre mí, ya me tiene completamente inmovilizada. ‘¿Escapé del jefe de un grupo paramilitar para morir porque un lobo me va a devorar?’ Me preguntó mentalmente indignada. — Dios mío, ayúdame para que este lobo no me asesine. — digo sintiendo como todo mi cuerpo comienza a temblar. ‘En ninguna parte de mi entrenamiento para ser aseadora me explicaron cómo podré sobrevivir a un ataque de lobos, así