Mundo ficciónIniciar sesiónDecir que no disfruto de la felicidad de Irina cargando a nuestra hija, sería mentirme. Todos nosotros estamos disfrutando la vista, una muy hermosa al ver a Irina disfrutando de la pequeña dormida que se orina en los brazos de su madre.
— Esta caliente. — dice Irina. — Lo siento, habíamos salido del baño y no le colocamos pañal. — No importa, supongo que esta es la bienvenida que me da mi hija. — respondo. — Déjame limpiarla y vestirla. — pide mi madre y mi mujer niega. — Quiero hacerlo yo. — Primero debes ser revisada por los doctores. — dice mi padre y yo reacciono. Debido a la felicidad que siento, olvidé por completo que debía llamar a los doctores para que la revisen. Por eso, presiono de inmediato el botón, para que alguien del personal del hospital aparezca y revise a mi mujer.&






