Las cosas no están bien, han muerto muchos lobos y a este punto, no sé si vamos ganando o perdiendo, ya que, mi vista solo se centra en los dos lobos que atacan a la vez al hombre que está herido y es un terco, porque muy bien que pudo marcharse y dejar esto a los lobos.
— Por favor, ayúdenlo, yo me esconderé o me marcho de ser necesario, pero, ayúdenlo. — digo implorando que alguien impida que maten al hombre que tanto quiero.— Señora, no se preocupe.— ¡Eydran! ¡Por favor, vete! ¡No te expongas más! — grito desesperada.— Confíe en el líder.— ¡Está mal! ¡Lo están lastimando, ¿acaso no lo ves?! — digo alterada porque nadie nota lo que es evidente para mí.El desespero puede más conmigo y por eso, intento correr hacia la multitud de lobos aunque eso puede matarme, porque