El rubor en mis mejillas es muy grande, la vergüenza que siento en estos momentos ha escalado el punto más alto, pero, las ganas de seguir tocándolo, me impiden detenerme. Sinceramente, no quiero hacerlo, porque disfruto sentir como su miembro se mueve ante unas palpitaciones que me hacen recordar muchas cosas maravillosas que hemos hecho.
— ¿Qué debo hacer contigo, Eydran? Debes comportarte, en especial delante de los Turner. — pregunta mi madrina y sé que no se está refiriendo a Facundo.— Lo siento, tendré más cuidado. — dice Facundo colocando mi mano sobre el pie que está encima de la entrepierna de Eydran.Por lo que, lo bajo sin mucho interés de hacerlo e intento concentrarme en la comida que ha perdido interés en mí porque me gusta más sentir el bulto ubicado en la entrepierna de Eydran.‘Ojalá pudiera hacer algo más q