Miro hacia la fila donde se encuentran las personas realizando su orden y al ver que mi madrina sigue regañando a las chicas, comienzo a atenderlos, aunque hay dos hombres mirándome fijamente.
— Bienvenidos al café…— No entiendo, hermano, ¿tan mal está este negocio que mi cuñada tiene que hacer de todo? — pregunta Facundo como si no supiera que la madrina es quien las tiene entretenida.— Bueno, es algo que merecen por molestarte.— Pareces un animalito sumiso, nosotros no somos así. Deberías mostrarte como toda una bestia, destruye todo, que mi hermano lo arregla. — dice Facundo sonriendo y Eydran asiente de acuerdo.Las chicas celebran con pequeños gritos eufóricos y yo solo puedo negar mientras realizo los pedidos, porque darles demasiada importancia a sus locuras solo me hará perder el tiempo.— No deberías atender, p