‘Esto es indignante. Ahora comprendo lo que sienten las personas con discapacidad que les piden que sean o actúen como personas sin discapacidad.’ Me digo mentalmente y agradezco no ser una de esas crueles personas.
El hombre que sin descaro alguno me ha envuelto como un burrito mexicano, me guiña el ojo sonriéndome mientras me abrocha el cinturón de seguridad. Ni siquiera intento insultarlo, porque eso es algo que a él no le afecta en lo absoluto.‘Sin duda, con este hombre no se puede lidiar de forma convencional.’ Me digo mentalmente.— Como van las cosas, tendré que portar armas de fuego para ahuyentarte de esa forma. — le digo para que entienda que yo no estaré dispuesta a que haga lo que quiera conmigo.— Estarás bien. No necesitas hacer todo un drama por ello. — me dice él como si entendiera lo que se siente que lo lleven a uno en contra de su vol