No puedo creer como la suerte me arroja a este tipo de situaciones vergonzosas… no, yo no puedo culpar a la suerte cuando es Eydran quien me lanza a estas locuras.
— Por favor, bájame. — pido y él no hace lo que le pido verbalmente, porque seguramente su padre esta ordenando lo mismo con su mirada asesina.— Llévate a esa mujer de aquí, Eydran. Sabes que no tiene permitido su presencia aquí. — dice el hombre al que nunca le he agradado.— Me humillaste con tu madre y ahora, ¿también vas a hacerlo en la casa de tu padre? — pregunta una mujer herida y yo quiero tener el poder de desaparecer de una vez por todas.‘¿Por qué me pasan estas cosas a mí?’ me pregunto mentalmente.Como puedo, levanto mi torso, pero, el esfuerzo es demasiado grande y es eso lo que me hace sentir que voy a desmayar en cualquier momento.— Si no me baja