- Señor Moretti, ¿Recuerda que nos pidió vigilar al joven Sebastiano? – Dijo el asistente de Antonio Moretti.
- Sí, ¿Qué sucede con él? – Pregunto Moretti con cara de molestia.
- Detectamos algunos movimientos un tanto extraños en su computadora… - Dijo su asistente un tanto nervioso.
- ¿Qué movimientos? – Antónimo mostraba impaciencia, no le gustaban los rodeos.
- El joven ha estado buscando a Franco Amato, lo ha hecho a través de la web oscura… - Finalmente, el asistente le contó lo que habían detectado, obviando que aquello, no le agradaría a su jefe.
- ¿Y? – Moretti respondió, causándole gran sorpresa.
- Pues lo encontró… - Dijo el asistente preocupado.
- Maldito escuincle, ¿Qué demonios quiere? – Pregunto Moretti que para entonces ya se había levantado de su escritorio.
- Venganza… ¿No lo cree? – Respondió el asistente tratando de dar explicación a lo sucedido.
- Ese Franco Amato nada más no puede morirse tranquilo… - Pensó en voz alta el juez mientras veía hacia el venta