Pietro después de unos minutos manejando, los cuales le parecieron eternos, llegó a urgencias. Filipo Serra le estaba esperando.
Cuando lo vio llegar y abrir la puerta del copiloto para bajar a su mujer, lo interceptó y dijo:
- ¡Ya tu abuela me ha dado los pormenores! ¡Anda vamos! ¡No hay tiempo que perder!
Pietro colocó a Guadalupe en una camilla donde enfermeras comenzaron a rodearla para tomar sus signos vitales y prepararla para una exhaustiva revisión.
Filipo detuvo la marcha de Pietro, él no podía entrar más allá de donde estaba permitido.
- Pietro sé que estás preocupado, pero ahora está en nuestras manos. Déjanos hacer nuestro trabajo.
Al decir esto, Filipo entró a la sala de urgencias y desapareció de la vista de Pietro.
Este se encontraba como león enjaulado, daba vueltas de un lado al otro, nada podía calmarle.
Jamás hubiese esperado el giro tan grande en los acontecimientos de hoy, sin más que poder hacer, saco su móvil, busco un contacto y lo Marco.
- Marco, ha ocurrid