— Celeste, no hay nada de qué preocuparse, mira, todos esos malestares son totalmente normales.
— ¿A qué se refiere Dr. Kensington? ¿Normales? Yo no me siento tan normal…
— ¡Celeste, querida! Tu situación es muy normal ¡Felicitaciones! ¡Estás embarazada!
La cara de Celeste se puso pálida, ahora que había decidido irse, ahora que finalmente había tomado la dolorosa decisión, le pasaba esto, pero ¿Cómo no le iba a ocurrir algo así? Si nunca se cuidó, todo lo dejó en manos de la naturaleza y la acción divina.
— Celeste, ¿estás bien? Te veo muy pálida, sé que esto te hubiera gustado compartirlo con Pietro, pero últimamente veo que no viene acompañándote y de acuerdo con lo que veo en el ultrasonido y los estudios, estos bebés ya tienen 6 semanas.
— ¡Wow! No creí… que…
— Por tu cara, veo que la noticia te cayó de sorpresa.
— La verdad es que sí, las cosas no están muy bien que digamos.
— ¿Pietro? Pero él se ve que te adora…
— Él es un gran hombre, pero, las cosas no son tan sencillas, T