Una vez que Aldo terminó la llamada, besó la mejilla de Paloma, la chica, al sentir aquello, poco a poco fue abriendo los ojos.
- ¡Cielo! ¡Despierta! Oye… - Dijo Aldo con un poco de preocupación.
- Aldo, ¿Qué sucede?
- Acabo de colgar con Massimo, necesitamos regresar inmediatamente a Italia…
- ¿Por qué?
- Se trata de mi padre… Al parecer no está bien, lo tienen ingresado en el hospital y Massimo me pidió que regresara ahora mismo.
- Pero… ¿Y nosotros?
- Todos se regresan conmigo… Es momento de volver…
- ¡Aldo! Pero… ¿Qué vamos a hacer?
- Juntos enfrentaremos lo que venga… No lo olvides, tú ahora eres mi esposa; cualquier cosa que te afecte a ti, me afecta a mí, somos una familia y nada podrá separarnos. Recuerda que antes de que tú y yo nos separemos, antes de que eso suceda, tú, yo y Enzo nos iremos del país y nadie volverá a vernos.
- ¡Sí!
- Entonces… Debemos avisar a todos en esta casa, ya que, en menos de una hora vendrá un grupo de hombres y nos llevarán al aeropuerto. Paloma, re