Hola Estimados lectores Espero estén disfrutando de esta novela, aún hay mucho que contar, poco a poco irán saliendo a la luz las verdaderas intenciones de cada uno de los personajes.
Guadalupe llevaba ya una semana en la clínica y aunque había tenido un buen avance, cuando llegaba a su habitación o cuando daba paseos por los jardines y se encontraba sola, las lágrimas brotaban, lloraba en silencio.Se sentía tan hueca, esa sensación no se le quitaba por más que se esforzara, caminaba y le dolían las piernas. Se desmoronaba por las noches cuando iba a dormir, la semana que pasó a lado de Massimo, le había dejado una marca.Extrañaba el calor de su abrazo y, al cubrirse con la manta para no temblar, temblaba de tristeza su corazón. - Massimo tú y yo hicimos un voto al casarnos, me has decepcionado, quiero que esto se vaya, que termine, te has quedado con mi alma, con mi corazón, ¿Acaso hay algo que no debas tener? ¡Lo tienes todo! - dijo la mujer llorando a todo pulmón.- Me he dado cuenta de que lo que soy y he sido, no bastará. Tu corazón no es accesible para mí. - dijo ella reflexionando sobre cómo llevó su vida en aquel matrimonio de 3 años.- Tal vez piensas q
¡Guadalupe, lo lamento!Guadalupe iba saliendo hacia la entrada principal, caminaba rápidamente tratando de no mirar atrás, cuando de repente se topó con la penetrante mirada de Massimo. Su andar se detuvo en seco y pronto sintió un hueco en el estómago, las manos le comenzaron a sudar y sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.Pietro y Aurora venían detrás de ella, pero se habían detenido cuando la abuela Caterina les pidió que cuidaran bien de Guadalupe.Caterina les hacía una larga lista de peticiones, ella no estaba segura de que llevársela fuera lo ideal, pero la chica no quería permanecer más en donde había estado con su futuro exesposo, así que la abuela ya nada podía hacer.- ¿Guadalupe, podemos hablar? – Dijo Massimo con un poco de nostalgia en la voz y en la mirada.- ¡Tú y yo no tenemos nada de qué hablar! Lo que haya que decir, por favor, díselo a mi abogado, yo haré lo mismo de ser necesario. – dijo Guadalupe y siguió su camino.- Traigo los papeles de divorcio, no e
Franco Amato había contratado a un buen investigador privado; la tarea encomendada era encontrar a, Alberto Priego.- Necesito que lo busques, necesito saber todo lo relacionado con Alberto, Alejandro y Camila. Sé que no deben estar lejos, no podrían dejar a su hija o nieta sola, tanto tiempo.- ¡Sí, señor! Usted pierda cuidado, que si ese hombre está en Italia, le vamos a encontrar...Pondré a varios hombres a buscarle, esto no debe demorarnos tanto, aun cuando Caterina lo esté protegiendo.- ¡Perfecto! ¿Has logrado averiguar algo sobre Marco Barzinni? - preguntó el hombre con gran interés.- ¡Efectivamente! Si hay un Barzinni vivo, este vive en Nueva York. Pero está más protegido que el mismo presidente, mantiene un bajo perfil, pero, aun así, lo hemos encontrado. - dijo al investigador en un tono serio.- ¡Manténganlo vigilado! Necesito saber cada uno de sus movimientos... - dijo Franco en un tono que no aceptaba negativas.- ¡Así será, señor!El juez Amato subió a su lujoso auto y
Fragmentos de tiPietro, Aurora y Guadalupe, después de un largo viaje, llegaron a Gaeta. Angostina los esperaba en la entrada, al ver a Guadalupe, abrió los brazos y dijo:- ¡Señorita Ángela! ¡Qué gusto verla de nuevo aquí! Su habitación ya está lista, tal como usted la dejó.- ¡Gracias, Angostina! ¿Estás lista para seguir dándome clases de cocina italiana?- ¡Claro, señorita! Ya sabes, la cocina es suya.Aurora, al ver que todo marchaba bien, dijo:- Bueno, bueno, ya estamos en Gaeta, por lo que debo ir a mi apartamento. Hace casi un mes que no me paro por ahí, por lo menos debo de dar señales de vida. Los dejo para que termines de instalarte, Guadalupe.- Aurora, ¡Le pediré al chofer, te lleve a casa! – Dijo Pietro con voz tranquila pero cansada.- ¡Gracias, señor Pellegrini! ¡No esperaba más! – Dijo Aurora irónicamente.- Angostina, ¡Por favor, pídele a alguno de los chicos que nos ayuden con las maletas de Guadalupe!- ¡Sí, señor! Si no hay más que hacer, me retiro a preparar l
Pietro después de dejar a Guadalupe en su habitación, se dirigió a su estudio. El hombre pasó ahí largo rato sentado en la silla detrás de su escritorio. Pensaba en cómo la vida nuevamente le hacía una jugada, Guadalupe había regresado a casa, pero ahora no estaba sola, ya no era una niña como cuando llegó ahí la primera vez.- Hasta en esto siempre debes ir delante de mí, Massimo… - Pensó en voz alta.Recordó cómo fue la confusa relación que mantuvo en secreto con Guadalupe mientras ella estuvo ahí. Ella nunca mencionó nada de Massimo, así que cuando decidió regresar a casa de este y casarse, Pietro pensó que solo se trataba de un berrinche por haberla abandonado la noche de la cena de la compañía.Nadie supo que entre Pietro y Guadalupe había más de lo que se veía en la superficie, pero, él poco a poco se fue enamorando de la chica. Él no le negaba hacer lo que ella quería, por lo que Guadalupe había conseguido un empleo en un café – bar, era vocalista de una banda de rock que toc
Mientras la noticia del embarazo de Guadalupe sacudía a Pietro y lo hacía tomar una decisión difícil, pero que aceptaría con todo el amor posible. En Lazio, Massimo visitaba a Alessia en su apartamento, le dio la noticia de que su divorcio finalmente había sido registrado y ahora era un hombre libre.- ¡Amor eso es una excelente noticia! – Dijo Alessia saltando de alegría.- ¡Lo sé! Es solo que me preocupa un poco lo fácil que la abuela puso las cosas, conociéndola no puedo tener la guardia baja. – Dijo Massimo tratando de desviar el sentimiento de tristeza que había provocado el divorcio con Guadalupe.- ¡Amor, tranquilo! Lo importante es que ya estas legalmente soltero, ahora podemos pasearnos libremente y podemos ¡Planear nuestra boda! – Dijo la chica con ojos llenos de emoción mientras masajeaba los hombros de Massimo.- ¡Oye! Sabes que te amo, ¿verdad? – Dijo Massimo como si con eso dicho el mismo se convenciera de que ella era la mujer con la que debía estar.- ¡Si mi vida! ¡Yo t
Leonardo Pellegrini quedo viudo cuando sus hijos tenían 15 y 13 años respectivamente, esto había resultado en un duro golpe al corazón del hombre. Martina Pellegrini había sido su único amor, se habían conocido cuando este comenzaba a trabajar en el Grupo Pellegrini y fue su mano derecha cuando tuvo que tomar el control del Grupo Priego y socios.Ella había sido asistente de Franco Amato, gracias a la chica comenzaron a percatarse de los malos manejos que este hombre había hecho.Martina Vani era joven, recién había concluido su secundaria nivel superior, no tuvo oportunidad de estudiar una carrera debido a los problemas económicos de su familia. Así que, con un golpe de suerte, una amiga la recomendó como secretaria para el recién llegado abogado y mano derecha del presidente.Martina era hermosa e inconscientemente, gracias a eso le había ayudado a conseguir el puesto, Franco muchas veces quiso salir con ella; sin embargo, esta cortésmente le rechazaba.Lorenzo Pellegrini era un homb
Pietro había mejorado en actitud al llegar su abuela, comenzaba a trabajar en las materias que estaba por perder, por lo que había días que se quedaba hasta tarde en la biblioteca de la escuela.Uno de esos tantos días, paso por la oficina del profesor de artes, la luz estaba encendida y de ella se escuchaban ruidos peculiares. El profesor de artes era bien conocido por el bajo mundo entre los estudiantes, como un acosador y/o un coqueto entre las chicas, no había adolescente que se le escapara, por las buenas o por las malas, este obtenía lo que quería. Por lo que, en esa ocasión, al ver la luz de su oficina encendida y escuchar ruidos, entro y encontró a Alessia desnuda en el regazo de profesor, era obvio lo que estaba sucediendo.El profesor traro de detenerlo, pero estaba semidesnudo y no podía salir así de su oficina, el chico corrió y llego a casa, quiso decirle a Massimo lo que había visto, pero esa ocasión su hermano mayor había acompañado a Leonardo a una cena de negocios. Su