Finalmente, el chofer de Laura llegó, la chica se despidió de todas las mujeres que estaban en el salón, entre las que obviaron que Valeria aún no regresará a este. Todas en sus cabezas tenían la idea de que estaba ocupada cuidando de su par de gemelos; sin embargo, estaban muy alejadas de la realidad.
Marco y Valeria se encontraban inmersos en una sesión de besos y caricias, como hacía mucho tiempo no tenían oportunidad. Valeria alcanzó a ver las luces del auto que se alejaba, fue ahí donde reaccionó en que no había regresado a ver a las chicas.
- Marco… Marco… Las chicas están en el salón… - dijo Valeria, toda sonrojada.
- ¿Y…? – Dijo Marco, aún besando su piel y apretando su cuerpo contra el suyo.
. Marco… Debo ir a verlas… - Dijo Valeria un tanto desconcentrada.
- Otro ratito… No sé cuándo podamos tener un momento así otra vez. – dijo Marco, perdido en lo que tenía frente a él.
El hombre disfrutaba de ver cómo su esposa se retorcía de placer debajo de él, aquel escritorio estaba he