Queridas lectoras ¡Espero les haya gustado el capítulo! Aún faltan muchas cosas por descubrir en la vida de Guadalupe, siempre habrá una luz al final del camino.
Después de escuchar todo lo que la abuela Caterina acababa de decir, Leonardo se encontraba furioso, Massimo no podía creer lo que acababa de escuchar y Pietro simplemente sonreía.- ¿De qué carajos te ríes, Pietro? – dijo Massimo furioso.- Me río de que ahora resulta que tu futura exesposa, será incluso más poderosa que tú o que yo.- ¡Eres un imbécil! – dijo Massimo mientras se levantaba de la silla y le señalaba con el dedo.Si la mesa de la sala de juntas no les separara, le habría asentado un fuerte golpe en el rostro de Pietro.- Madre, ¿Eres consciente de que los Pellegrini hemos trabajado para forjar este imperio?- ¡Lo soy! Pero este no es nuestro patrimonio. ¡Esto también es parte de Marco y Guadalupe! Fui demasiado tonta al pensar que lo aceptarían, pueden impugnar mi voluntad, pero legalmente esto ya está hecho.- Bueno, yo acepto con gusto mi 11 % de participación, ¡Gracias, abuela! Si ya no tenemos nada más que hablar, deberíamos irnos. Tengo que tomar un vuelo a Florenc
Al salir de la sala de juntas, Pietro y Caterina se dirigieron al aeropuerto, ahí ya los esperaba personal de Marco Barzinni. La abuela no se sentía del todo bien, pero se hacía la fuerte.Subiendo al avión privado, se encontró con Marco, quien los esperaba sentado, mientras revisaba algunos mails.- ¡Marco, querido! ¡Gracias por esperarnos! – dijo la abuela en un tono desanimado.- ¡No tiene nada que agradecer! ¡Lo hago con gusto! Además, yo también voy a Florencia. – dijo Marco mientras volteaba hacia la ventana.- ¡Discúlpenme, mis niños! Estoy un poco cansada, creo que voy a descansar en lo que llegamos. – dijo la abuela mientras se tapaba con una manta.No tuvo que pasar tanto tiempo para que la abuela se quedara profundamente dormida. Al ver esto, el par comenzó a tocar el tema de la junta.- Marco, ¿Tú sabías de esto? - preguntó Pietro intrigado.Marco lo vio fijamente a los ojos y dijo:- ¡No! Pero ahora explica por qué la abuela se ha preocupado tanto por mi recuperación. –
Luego de llegar a la mansión Pellegrini, Leonardo subió a su dormitorio y se encerró en él. No tenía ánimos para seguir hablando del tema, sabía perfectamente que Caterina había sufrido de las acciones de su padre, pero jamás imaginó el cambio en curso que darían las cosas en la actualidad.Massimo se encontraba molesto, no podía tranquilizarse, por lo que prefirió ir a casa de Alessia. Necesitaba hablar con alguien, desahogar lo que traía atorado y no podía dejar salir tan fácilmente. Se sentía traicionado, por su mente cruzaba la idea de que todo ello era un plan orquestado por su abuela y Pietro. Algo le decía que Guadalupe también podría estar implicada consiente o inconscientemente en el tema, si no ¿Cómo podría explicar que ella ahora sería una accionista? Y no cualquiera, sería la segunda mayoritaria.- Amor, ¿Por qué esa cara? - dijo Alessia mientras abría sus brazos para abrazarle.- ¡No he tenido un buen día! Hubo una junta con todos los accionistas de la compañía, la ab
Franco Amato era un hombre que estudió leyes, inicialmente trabajó como abogado corporativo y, por ende, esto le había ayudado a colarse en las filas de varias empresas.Entre ellas, el Grupo Priego y Socios, que en ese entonces era liderado por Lorenzo Pellegrini, quien había adoptado el apellido de su esposa.Este hombre, poco a poco, se volvió la mano derecha del presidente en curso. Todas las decisiones importantes, Lorenzo las consultaba con Franco, llegó el momento en que, el presidente encontró más factible firmar un poder para que Franco manejara la compañía.Después de ello, Franco Amato tuvo mano libre para hacer y deshacer lo que quisiera, por lo que cuando hubo oportunidad, las familias Priego y Barzinni quedaron fuera del grupo. Pietro Barzinni cedió sus acciones a Caterina bajo una exclusiva cláusula, al ver que su hijo hacía malos manejos en el negocio familiar.Los Priego por su lado, regresaron a México y dejaron en manos de Caterina el manejo de sus acciones.Franco
A la mañana siguiente, Alessia salió con el pretexto de ir con una amiga a desayunar y, no podía cancelar la reunión.Massimo se quedó hasta más tarde en la cama, era la primera vez en años que podía darse ese lujo.Leonardo se levantó y buscó a Massimo, pero no logró localizarlo en la mansión.- Emma ¿Has visto a Massimo? - preguntó el hombre, aun buscando a su hijo.- Ayer salió y aún no ha vuelto. - Respondió Emma educadamente.- Emma dime algo, ¿Cómo fue la relación de mi hijo con Guadalupe?- Señor, ¡Pienso que nunca fue buena! La señora se casó muy joven y el señor se aprovechó de ello. - dijo Emma molesta y con toda la sinceridad que encontró en ese momento.Emma soltó lo visto sin tapujos, ella llevaba años trabajando para los Pellegrini y existía confianza, por lo que al ver a Leonardo decidió contar la historia.Leonardo se quedó atónito al escuchar por todas las penas que hizo su hijo pasar a la chica. Llegó a la conclusión de que su hijo era un monstruo.Definitivamente, l
Guadalupe llevaba ya una semana en la clínica y aunque había tenido un buen avance, cuando llegaba a su habitación o cuando daba paseos por los jardines y se encontraba sola, las lágrimas brotaban, lloraba en silencio.Se sentía tan hueca, esa sensación no se le quitaba por más que se esforzara, caminaba y le dolían las piernas. Se desmoronaba por las noches cuando iba a dormir, la semana que pasó a lado de Massimo, le había dejado una marca.Extrañaba el calor de su abrazo y, al cubrirse con la manta para no temblar, temblaba de tristeza su corazón. - Massimo tú y yo hicimos un voto al casarnos, me has decepcionado, quiero que esto se vaya, que termine, te has quedado con mi alma, con mi corazón, ¿Acaso hay algo que no debas tener? ¡Lo tienes todo! - dijo la mujer llorando a todo pulmón.- Me he dado cuenta de que lo que soy y he sido, no bastará. Tu corazón no es accesible para mí. - dijo ella reflexionando sobre cómo llevó su vida en aquel matrimonio de 3 años.- Tal vez piensas q
¡Guadalupe, lo lamento!Guadalupe iba saliendo hacia la entrada principal, caminaba rápidamente tratando de no mirar atrás, cuando de repente se topó con la penetrante mirada de Massimo. Su andar se detuvo en seco y pronto sintió un hueco en el estómago, las manos le comenzaron a sudar y sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.Pietro y Aurora venían detrás de ella, pero se habían detenido cuando la abuela Caterina les pidió que cuidaran bien de Guadalupe.Caterina les hacía una larga lista de peticiones, ella no estaba segura de que llevársela fuera lo ideal, pero la chica no quería permanecer más en donde había estado con su futuro exesposo, así que la abuela ya nada podía hacer.- ¿Guadalupe, podemos hablar? – Dijo Massimo con un poco de nostalgia en la voz y en la mirada.- ¡Tú y yo no tenemos nada de qué hablar! Lo que haya que decir, por favor, díselo a mi abogado, yo haré lo mismo de ser necesario. – dijo Guadalupe y siguió su camino.- Traigo los papeles de divorcio, no e
Franco Amato había contratado a un buen investigador privado; la tarea encomendada era encontrar a, Alberto Priego.- Necesito que lo busques, necesito saber todo lo relacionado con Alberto, Alejandro y Camila. Sé que no deben estar lejos, no podrían dejar a su hija o nieta sola, tanto tiempo.- ¡Sí, señor! Usted pierda cuidado, que si ese hombre está en Italia, le vamos a encontrar...Pondré a varios hombres a buscarle, esto no debe demorarnos tanto, aun cuando Caterina lo esté protegiendo.- ¡Perfecto! ¿Has logrado averiguar algo sobre Marco Barzinni? - preguntó el hombre con gran interés.- ¡Efectivamente! Si hay un Barzinni vivo, este vive en Nueva York. Pero está más protegido que el mismo presidente, mantiene un bajo perfil, pero, aun así, lo hemos encontrado. - dijo al investigador en un tono serio.- ¡Manténganlo vigilado! Necesito saber cada uno de sus movimientos... - dijo Franco en un tono que no aceptaba negativas.- ¡Así será, señor!El juez Amato subió a su lujoso auto y