Me preguntaba por el modelo del anillo de boda, y luego por si el vestido sería de satén o de otro tejido.
Al verlo tan inquieto por mi falta de respuesta, me sentí un poco aturdida.
¿Cuánto tiempo llevaba Carlos sin preocuparse así por mí?
Desde que Viviana apareció, Carlos empezó a estar muy ocupado, tan ocupado que ni siquiera tenía tiempo para responder a mis mensajes.
Decía que estaba ocupado con reuniones internacionales, con viajes de negocios, con horas extras para tomar decisiones en la empresa.
Pero en realidad, lo único en lo que estaba realmente ocupado… Era para acompañar a Viviana.
Durante todo ese tiempo, yo, presa de la ansiedad y el miedo a perderlo, me volví cada vez más dependiente de él.
Quizá fue precisamente esa dependencia extrema lo que le hizo estar tan seguro de que yo lo había elegido para toda la vida.
Que jamás podría dejarlo.
Por eso se atrevió a ignorarme sin remordimientos, a cortejar a otra mujer.
***
“Lola, respóndeme la llamada.”
“Lola, ¿sigues enfada