—¿Quieres conocer a tu nuevo prometido, Alex? Aunque crecieron juntos desde pequeños, han pasado diez años sin verse. Antes de la boda, ¿no sería mejor que se conocieran un poco más?
Dudé dos segundos y asentí.
—De acuerdo. Invítalo a casa, lo recibiremos juntos.
Papá y mamá asintieron con satisfacción.
Cuando subíamos al coche para volver a casa, de repente me llamó mi mejor amiga. Sin querer, puso el altavoz.
—Lola, ¿estás bien? ¿Carlos fue a buscarte? Dijo que iba a buscarte, pero cuando fui a recoger lo que me dejaste, escuché que también se llevó a Viviana, dice que es para cuidarle. Nunca he visto a una sirvienta pegarse al señor de la casa justo cuando está intentando recuperar a su mujer. ¡Eso no es más que una amante!
Por eso Viviana ya no me enviaba mensajes para molestarme; resulta que ya había encontrado la manera de seguir pegada a Carlos.
Sentía el estómago revolverse, como si las náuseas quisieran subir hasta la garganta.
Bajé la mirada y respondí en voz baja:
— Ya vino