Se acercaron donde estaba su abuelo y Taylor conversando, ambos con una sonrisa en los labios.
—Abuelo, nos despedimos— avisó, le dio aviso a Taylor que se fuera con su abuelo.
—Nos vemos señor fue un gusto volver a verlo.
Leah lo abrazó, a este hombre le debía demasiado habia confiado en ella cuando recién había ingresado a la empresa siendo una recién graduada.
—Hazlo feliz pequeña— le susurró en su oido— y al mismo tiempo tú también se feliz.
Tomó de la mano a Leah y salieron apresurados del establecimiento entre risas y miradas subieron al automóvil, ese día sería inolvidable.
Antes de arrancar el auto, el se inclinó sobre el asiento que ocupaba y la beso de manera suave y luego mordió su labio inferior.
—Estoy cayendo por tus hermosos ojos verdes, por tus labios, por tus caricias, por tu sonrisa; toda tú.
Ella contuvo el aliento y sus mejillas se sonrojaban ante tremendo cumplida, nadie jamás le había dicho algo tan romántico.
—Y yo estoy Cayendo por ti, Fabio— susurró ella con