Kylie regresó a casa con el corazón todavía latiéndole con fuerza. Livia la había dejado a propósito en el cementerio, dándole más tiempo a solas con el asistente Brown. Al final, fue el propio Brown quien la llevó de vuelta a casa.
—Entra y descansa un poco.
—Gracias por traerme, señor. Usted también debería ir a casa y descansar.
Brown solo levantó una mano en señal de despedida antes de dar la vuelta y salir del patio con el coche.
Gracias, señorita, por haberme traído hoy.
Kylie había tenido la rara oportunidad de ver un lado diferente del asistente Brown. Sus palabras al marcharse del cementerio seguían resonando en su mente, guardadas con cuidado en su corazón. Ella esperaría.
Fue directo a su habitación, se dejó caer en la cama… pero enseguida se levantó y sacó su teléfono personal del cajón del escritorio. Acababa de recordar algo importante. Encendió el aparato y esperó la avalancha de notificaciones. Mientras la pantalla se iluminaba, se tumbó mirando al techo.
Hoy le habían