—¿Estoy equivocado?
Noah se sentó frente a Damian, sintiendo el peso de su propia confusión.
‘Yo pensaba que lo tenía todo claro. Que Damian se había casado con Livia por algún cálculo frío. Pero escuchándolo hablar… ¿será que en verdad le gusta?’
Apretó la mandíbula.
‘No. Vi a Livia gritándole, insultándolo como si fuera basura. Maldición, debí haberlo grabado.’
—Damian, ¿amas a Livia? —la pregunta le salió antes de poder detenerla.
—Hmm —el típico murmullo indiferente de Damian.
‘¡¿Qué?! ¿Lo está admitiendo?!’
Noah lo miró atónito.
—Entonces… ¿ella también te ama?
Damian sonrió con suficiencia.
—¿Existe alguna chica a la que no le guste?
Noah sintió cómo le subía la presión. Pero no podía contradecirlo. Damian era el tipo de hombre que todas adoraban: rico, inteligente, atractivo, poderoso. El yerno soñado por cualquier familia.
Demonios, si Noah hubiera sido mujer, quizás también se habría enamorado de él.
Se giró hacia Brown. El hombre permanecía inmóvil, como si todo aquello no t