Mundo ficciónIniciar sesiónLa mano de Romina vaciló. Levantó la vista y le sonrió.
—¿Vas a salir de viaje estos días?
—No —respondió él con simpleza.
Ella apretó los dientes.
—¿Entonces vas a estar muy ocupado?
—No mucho. —Paolo consultó el reloj de lujo en su muñeca.
Un temblor incontrolable se apoderó de ella. Tras una larga pausa, logró articular:
—Entonces dime, ¿por qué no vas a pasar mi cumpleaños conmigo?
—No tengo porqué. Nunca doy explicaciones de lo que hago —dijo con una frialdad que helaba, mientras le acercaba un sobre de papel manila.
Con el semblante sombrío, ella tomó el sobre. Arrugó la frente, invadida por un mal presentimiento.
—¿Qué es esto?
Él volvió a mirar su reloj.
Como no obtuvo respuesta, abrió el sobre con curiosidad. Dentro había unos papeles. Al sacarlos, una sonrisa iluminó su cara y su voz se llenó de euforia.
—Paolo, ¿cómo supiste que moría por conseguir el contrato con Verve Talent? Si f







