Azotea de la Estación de TV
Aquella tarde, Kylie caminaba de un lado a otro, con la mirada fija en la entrada de la azotea. La pausa del almuerzo estaba a punto de terminar y el lugar estaba vacío. Pero Reegan aún no aparecía. Su corazón había estado en caos desde la mañana.
La noche anterior había sido un desastre en casa.
Su madre finalmente se había enterado, y su reacción furiosa fue exactamente como Kylie temía. Ira mezclada con lágrimas: dolía más que cualquier regaño, dejando un pesado vacío en su pecho. Su madre era estricta, sí, pero su amor siempre había superado cualquier enojo. Kylie siempre había aceptado los estallidos de su madre como otra forma de cariño.
Bajó la cabeza nuevamente. No podía elegir entre ellos. Quería todo. Era codiciosa y no estaba dispuesta a renunciar. El asistente Brown y su madre: ambos eran lo más preciado en su vida.
—Hah… —suspiró, mientras sus ojos volvían a la puerta de la azotea. Todavía no había señales de Reegan.
Cuando volvió a casa la noc