Una vez abajo, noto que hay varios túneles y respiro profundo porque necesito pensar bien. Comienzo a revisarlos uno por uno.
Al llegar al final del primero encuentro unas celdas que contienen perros rabiosos, leones, tigres y otros animales que no dejan de chillar y mirarme como si quisieran cenarme. Salgo de allí y voy al segundo encontrándome con personas que están en condiciones deplorables, tuve que tapar mi nariz para seguir avanzando y mirar entre ellas y comprobar si ella estaba allí, y no fue el caso. No se encontraba en ninguna de esas celdas. El tercer túnel llevaba a unos laboratorios donde cocinaban cocaína y otras sustancias, y me salté el cuarto yendo directo al quinto túnel donde encontré una pequeña habitación.
Luego de romper la cerradura logré abrir la puerta y fue cuando la vi parada sujetando los barrotes de una celda donde estaba.
—¡¿Xander?! —exclama, mirándome con horror —. ¡¿Qué demonios haces aquí?! —pregunta alterada y yo la ignoro mirando hacia todos lado